sábado, 5 de octubre de 2013

COUNSELLING: TECNOLOGÍA DE COMUNICACIÓN EN EL ÁMBITO DE LA SALUD




COUNSELLING: TECNOLOGÍA DE COMUNICACIÓN EN EL ÁMBITO DE LA SALUD

El presente taller tiene como objetivo brindar herramientas y generar un espacio de reflexión a los participantes que les permita trabajar sus actitudes y conocimientos con la finalidad de favorecer un encuentro real y cordial entre el paciente y sus familiares, para aliviar en lo posible la experiencia de sufrimiento.

Contenido:

- Identificación de situaciones “difíciles”. Autodescubrimiento ante el sufrimiento.

-Breve reseña del counselling como herramienta de trabajo.

- Criterios para realizar un adecuado y efectivo counselling.

- Identificando mis niveles de comunicación.

- Contestando preguntas “difíciles”.

- Reacciones emocionales esperadas en el paciente y su manejo. La autorregulación emocional.

Metodología: Activa y participativa, exposición del contenido, ejercicios prácticos grupales y de role-playing sobre la base de situaciones “difíciles” frecuentes que se presentan en el hospital o en consulta con pacientes y sus cuidadores con enfermedades crónicas y al final de la vida. Asimismo, se presentarán videos.

Facilitadora: MSc. Liana Pérez Rodríguez Licenciada en Psicología (UCAB) y Magister Scientiarum en Psicooncología (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido becaria en varias oportunidades de la Fundación Carolina (España). Posee amplia experiencia en atención a pacientes oncológicos hospitalizados así como a sus familiares, en centros de salud públicos y privados en España y Venezuela, mediante el uso del enfoque cognitivo-conductual y del modelo de counselling. Igualmente, posee experiencia en cuidados paliativos y apoyo familiar al paciente al final de la vida. Actualmente, labora en la Asociación Venezolana de Niños con Cáncer en el Hospital J.M. de los Ríos.

Dirigido a: Psicólogos, enfermeras, médicos, docentes y demás personal hospitalario y organizaciones que trabajen con pacientes con enfermedades crónicas y al final de la vida.

Fecha: Domingo, 13 de octubre de 2013. Duración: 5 horas académicas de 8:30 a.m a 01:30 p.m.

Lugar: Edif. “For You”. Piso 8. Ofic. 8B, en este edificio se encuentra también la embajada de Costa Rica y queda diagonal a la Plaza Francia de Altamira. Municipio Chacao.

Inversión: Estudiantes: 450 BsF. Profesionales: 500 BsF. (incluye IVA)

Incluye: Material de apoyo adicional (que se enviará vía mail), material impreso, refrigerio y certificado de asistencia.

Para mayor información: Llamar al teléfono (0412)3036009 para confirmar su asistencia.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Salud



18/10/2012 12:37:00 p.m.

Una solución es la reconstrucción mamaria



Recomendaciones para superar emocionalmente la mastectomía

El tratamiento del cáncer de mama puede conllevar a la extirpación parcial o total de la glándula, lo cual podría ser traumático para la paciente. Sin embargo, los lineamientos de la psicooncología ayudan a que salga fortalecida de esta situación (Archivo / )



Tweetel-nacional.com



Caracas, 18 de octubre de 2012.- La mujer que se enfrenta al diagnóstico de cáncer de mama tiene que afrontar no sólo el miedo de padecer una enfermedad que puede ser mortal, sino que comienza a atravesar un camino de toma de decisiones, referentes a los cambios corporales que vienen con los diferentes tratamientos para eliminar las células malignas.



Entre las reacciones emocionales más comunes ante la enfermedad, según la psicooncóloga Liana Pérez, se encuentran la negación, la depresión, la culpa y el miedo a la reaparición de la enfermedad.



El cambio más notorio que estas mujeres deben asumir es resultado de la mastectomía, que es la intervención quirúrgica que tiene como objetivo extraer el tumor, mediante la remoción total o parcial de la glándula mamaria.



Ante la pérdida de uno o ambos senos, la paciente puede experimentar cambios en la percepción que tiene sobre su propio cuerpo, ver comprometida su feminidad, tener dificultades en su vida sexual, desarrollar pensamientos obsesivos referentes a esa zona del cuerpo, e incluso, optar por conductas de escape, que podrían traducirse en fobia social.



Una de las soluciones más comunes ante la mastectomía, es la reconstrucción mamaria.



Pérez dice que esta decisión debe ser tomada tanto por el médico, que tiene la responsabilidad de explicarle a la paciente las implicaciones de cada opción, como por la mujer, luego de haber sido acompañada y evaluada por un profesional de la salud mental.



Allanar el terreno . Según el enfoque cognitivo conductual, una mujer que ha pasado por una mastectomía debe trabajar tanto sus emociones como sus actitudes, comportamientos y creencias con respecto a su situación y hacer los ajustes necesarios.



Pérez explica que la intervención psicooncológica se enfoca en el manejo de la autoimagen corporal. De allí, se realizan exploraciones para conocer el significado y la valoración que le da la paciente a sus senos. En algunos casos, las mujeres mastectomizadas tienden a maximizar la percepción a esa zona del cuerpo, lo que obstaculiza encontrarse atractiva, no sólo por la ausencia de la mama, sino además por la cicatriz. El objetivo es lograr que la mujer encuentre otras formas de sentirse femenina, que se enfoque hacia otras partes de su cuerpo y explore nuevas formas de encontrar satisfacción sexual.



Ser autocríticas. En aras de que la mujer potencie sus recursos de afrontamiento, se le invita a regular el autodiálogo. Según Pérez, las pacientes pueden ser muy autocríticas y dejarse invadir por pensamientos negativos de sí mismas y de la enfermedad. Es importante hacerles ver, en cambio, los aspectos positivos de la mastectomía, es decir, relacionar este hecho con la vida, con la valentía y con la salud. Igualmente, se le puede entrenar para que haga aproximaciones sucesivas hacia esa zona ­mirar, tocar, involucrar a la pareja­, de manera que se facilite la aceptación.



Las personas que rodean a la paciente son una fuente infinita de ayuda. Por un lado, una pareja comprensiva, que le haga saber que su valía no está sólo en sus senos, es más nutritiva que otra que se queda estancada en el miedo. Por otro, los grupos de apoyo sirven para que la paciente escuche y comparta experiencias y sentimientos.



Publicado en NOTITARDE.COM http://www.notitarde.com/Salud/Recomendaciones-para-superar-emocionalmente-la-mastectom%C3%ADa-/2012/10/18/140051

domingo, 14 de julio de 2013

Consejos para la visita médica

La mejor manera de llevar un buen control sobre la salud de su familiar y mejorar la comunicación con su médico es mantener una actitud activa. Las siguientes recomendaciones tienen como finalidad orientar y facilitarle de alguna manera esta parte del cuidado.

Lleve la historia clínica y manténgala al día.

Haga preguntas. Escriba sus preguntas para que las pueda recordar. Haga la pregunta más importante primero.

Repita las respuestas que escuchó para asegurarse de que las haya comprendido. Escríbalas.

Tal vez quiera que alguien le acompañe para ayudarle a hacer las preguntas. Esta persona también le puede ayudar a entender y/o recordar las respuestas. Pida que su doctor le explique usando dibujos si esto le ayuda a entender mejor.

Sea sincero con respecto al tratamiento, síntomas, historial médico, dudas y emociones. Diga la verdad así podrán ayudarle.

Pídale al médico instrucciones escritas para continuar el tratamiento en el hogar.

Asegúrese de mantener y llevar al médico una lista de TODOS los remedios que toma el paciente.

Lleve usted una AGENDA acerca de las citas, inicio y culminación de los tratamientos. Asimismo, si utilizas los servicios de la Seguridad Social ten en cuenta los lapsos de tiempo necesarios para realizar los trámites, búsqueda de medicamentos, entre otros.

Recopilación realizada por: MSc. Liana Pérez Rodríguez.

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS. OBJETO DE INTERVENCIÓN EN PSICOONCOLOGÍA

La atención psicológica va dirigida tanto a los pacientes como a los familiares, ya que el paciente no suele estar solo, sino acompañado por su familia, y no solo sufre el paciente sino también sus seres queridos.



Al tener presente las diferencias individuales y la particularidad de cada situación, es relevante la exploración inicial para determinar que síntomas, estímulos, situaciones o estados concretos son percibidos por el paciente y/o su familia como una amenaza intensa. Esta percepción actual esta determinada por vivencias pasadas, estilos de afrontamiento, redes sociales, características de personalidad, así como también del tipo de tumor, estadio y otras variables.



Problemas de los pacientes

Se especificarán las problemáticas más frecuentes durante la realización de nuestras prácticas:



A nivel fisiológico:

• Insomnio,

• Pérdida del deseo sexual,

• Tensión muscular,

• Debilidad,

• Fatiga,

• Pérdida de peso,

• Náuseas y vómitos,

• Malestar estomacal,

• Caída de pelo,

• Mareos,

• Fiebre,

• Dolor.

La mayoría de estos síntomas o problemas fisiológicos aparecen como consecuencia de los tratamientos implementados para curar o mantener controlada la enfermedad.



A nivel cognitivo:

• Sentimientos de inutilidad y vulnerabilidad personal,

• Dificultades en la toma de decisiones,

• Anticipación de situaciones amenazantes,

• Percepción de rechazo ante su imagen corporal,

• Creencias inadecuadas (especialmente frente al cáncer y los tratamientos),

• Presencia de criterios desajustados de evaluación de actividad (catastrofismo, negativismo, universales de todo o nada),

• Uso excesivo de la negación, como estrategia de afrontamiento.

• Dificultad de atención y concentración,

• Indefensión,

• Sensación de pérdida de control,

• Percepción de constates amenazas a la autoestima,

• Presencia de ideas recurrentes relacionadas con la muerte,

• Uso de la preocupación ansiosa como estrategia de afrontamiento,

• Pensamientos automáticos desajustados y recurrentes.



Estos problemas cognitivos se asocian con la pérdida real de la salud, la conciencia de enfermedad grave y la presencia de las alteraciones fisiológicas anteriormente descritas. Asimismo están relacionadas con la hospitalización, tratamientos, características previas de personalidad y vivencias anteriores, como también con la modificación de los roles sociales y estilos de vida anteriores a la enfermedad.



A nivel socio-emocional:

• Modificación de la actividad cotidiana,

• Estado de ánimo inadecuado para afrontar situaciones de amenazas (ansiedad, tristeza, hostilidad, miedo, culpa, negación, retraimiento),

• Miedo al dolor, a la pérdida de autonomía funcional, a ser una carga, a lo desconocido durante el proceso, temor a los fallos técnicos,

• Presencia de estados emocionales y conductas relacionadas con duelos (dejar de estar sano, cambio de actividades, cambio de las relaciones, estilo de vida, pérdida de ciertos roles sociales, etc.),

• Falta de estímulos, de relaciones sociales.



A nivel conductual:

• Dificultades en las habilidades sociales,

• Falta de actividad física, con la consecuente pérdida de masa muscular, que incapacita aún más a llevar a cabo cualquier tipo de movimiento. Repercute directamente en el cansancio, temblores y sensación de inestabilidad o de pérdida de equilibrio.

• Disminución de las conductas de auto- cuidado y arreglo personal,

• Evitación o disminución del contacto con actividades distractoras y/o gratificantes,

• Aumento de sobreprotección de los cuidadores,

• Evitar comer ciertos alimentos,

• Dificultades en la adherencia al tratamiento.



Es de importancia mencionar que, en primer lugar, para realizar cualquier tipo de intervención con el paciente, se deben controlar los síntomas físicos, como primordial el dolor y una vez realizado esto es cuando el paciente se encuentra en posición de involucrarse en la intervención e identificar los asuntos que desea mejorar, así como asumir los temores más profundos y tratar de enfrentarlos, promoviendo una manera más adaptativa de confrontar la situación actual.









Problemas de los familiares



El impacto de la enfermedad afecta profundamente los contextos psicológicos, sociales y culturales del sistema familiar. De esta manera, aún cuando el enfermo es quien recibe las consecuencias físicas de esta dolencia y de su tratamiento, las consecuencias psicosociales repercuten en todo el sistema familiar.



Es necesario considerar las características de cada familia, ya que algunas son más vulnerables que otras al impacto de los estresores que se activan a raíz de la enfermedad y sus tratamientos. Así, una enfermedad crónica como el cáncer plantea demandas adicionales sobre el sistema familiar completo.



A continuación plantearemos algunas las problemáticas más frecuentes observadas durante el ejercicio de nuestras prácticas:

• El sistema familiar en su totalidad, colocando en posición relevante al cuidador (res) puede manifestar agotamiento físico y emocional, labilidad emocional, depresión, trastorno de ansiedad, problemas de conducta de consumo abusivas, alteraciones en el sueño, alteraciones en el apetito y peso, síntomas hipocondríacos, conducta dependiente, problemas laborales, etc.

• Es de importancia tomar en consideración el lugar o rol del paciente en la familia, ya que generalmente existe un cambio de roles. Así, si la afectada es la madre, probablemente el cónyuge y sus hijos tendrán que asumir las tareas domésticas durante el tiempo que dure la administración de los tratamientos.

• La conspiración al silencio, que se define como “un acuerdo implícito o explícito de alterar la información al paciente por parte de familiares, amigos y/o profesionales sanitarios con el fin de ocultarle el diagnóstico y/o pronóstico y/o gravedad de la situación” (Arranz, Barbero, Barreto, y Bayés; 2003).

• Con respecto a las relaciones de pareja, se hace recurrente el temor a la ruptura. La falta de comunicación, la dificultad en las relaciones sexuales, la tristeza y los sentimientos de impotencia en el cónyuge sano pueden explicar este problema.

• Diversos estudios demuestran que la prevalencia de trastornos emocionales (básicamente ansiedad y depresión) es la misma en familiares de pacientes que en los propios afectados. Es por ello que se suele denominar al familiar paciente “de segundo orden”. Además, tiene la presión del entorno de no desahogarse de su sufrimiento. Se supone que tiene que ser “fuerte” y aguantar la dolorosa situación de tener un familiar con cáncer.

• Muchas familias se aíslan del entorno a raíz de la experiencia desagradable. Así, el aislamiento social es algo relativamente frecuente tanto en el paciente como en su familia. La enfermedad “gasta” sus energías en atender las nuevas necesidades creadas, por la enfermedad y el tratamiento.

• Claudicación familiar, ello hace referencia a la incapacidad de los miembros de la familia para ofrecer una respuesta adecuada a las necesidades del paciente y puede resultar en el abandono emocional del paciente y ausencia o deterioro en los cuidados prácticos del mismo.

• Duelos familiares, estos hacen referencia a la pérdida de la salud de uno de sus miembros, pérdida de roles y pérdida real del paciente.

HERRAMIENTAS DE AUTOCUIDADO PARA PERSONAL DE ENFERMERÍA

Es necesario establecer estrategias de auto-cuidado, ya que en nuestro rol como “cuidadores” podemos “quemarnos”.

Los cuidadores son “aquellas persona que asisten o cuidan a otra afectada de cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad que le dificulta o impide el desarrollo normal de sus actividades vitales cotidianas o de sus relaciones sociales”.

Existen dos tipos de cuidadores, veamos:

Los cuidadores informales: Son las personas que no pertenecen a ninguna institución sanitaria ni social y que cuidan a personas. No poseen capacitación, no son remunerados. Afecto y atención sin límites. Familiares, amigos, voluntarios...

Los cuidadores formales: Son profesionales que prestan servicios de asistencia de larga duración como empleados de un organismo público o privado, ya sea en instituciones medicalizadas o a domicilio. Poseen capacitación “teórico-práctica” y son remunerados. Enfermeras, auxiliares de enfermería, terapeutas ocupacionales, médicos, psicólogos…

Como podemos observar nosotros pertenecemos a este último grupo, en el cual es posible que por diversas variables presentemos el llamado síndrome de burnout.

Este síndrome es definido como la “respuesta al estrés laboral crónico, integrada por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado.”

Esta respuesta al estrés crónico se encuentra conformada por diferentes aspectos:

1.- Despersonalización desadaptativa: Falta de sensibilidad y dureza, actitud crítica y sarcástica, uso de etiquetas despectivas, hacer sentir culpable a los demás, ideación de perjuicio.

2.- Baja realización personal en el trabajo: Disminución de la autoestima, sentimiento de incompetencia profesional, falta de satisfacción laboral, conflictos entre compañeros y superiores, evitación del contacto interpersonal.

3.- Agotamiento Emocional y Físico: Agotamiento emocional, no poder dar más de sí mismo, irritabilidad, ansiedad.





Como mencionamos anteriormente existen múltiples variables que generan la aparición del síndrome entre las cuales podemos mencionar:

1.- Estresores laborales: Discrepancia entre las demandas y los recursos que disponemos para realizar nuestro trabajo.

2.- El estrés percibido: Referido a aquello en el medio que percibimos en el medio como una amenaza, pérdida, un daño o un reto.

3.- Nuestros atributos personales: Que se refiere a nuestras estrategias de afrontamiento al estrés.

4.- La respuesta al estrés: Entre las cuales se encuentra el síndrome de burnout.

Estas variables y la presencia, como consecuencia del síndrome de burnout, tienen consecuencias tanto a nivel individual como organizacional.

Como personal de enfermería, algunas características de nuestro trabajo hacen que seamos más proclives a presentar el síndrome, entre algunas de ellas podemos mencionar:

 Estar en contacto directo con el sufrimiento, dolor y muerte.

 Duras condiciones de organización del trabajo: turnos horarios o nocturnos.

 Falta de autonomía.

 Escasa remuneración económica.

 Desempeño de roles ambiguos.

 Tratar con familiares negadores.

 Se establecen lazos afectivo-emocionales con los pacientes.

Como estrategias de auto-cuidado, proponemos el aprendizaje de técnica de respiración abdominal, relajación y visualización.

Jacobson proponía un sistema muy efectivo, en esencia podemos resumir que su método se basaba en:

1.- Concentración de la atención en un grupo muscular.

2.- Tensión de ese grupo muscular, sin dolor, y mantener la tensión entre 20 y 30 segundos.

3.- Relajación de la musculatura, prestando atención a la sensación que se produce.

Grupos musculares en los que se puede utilizar el método de Jacobson, pues prácticamente todos, aunque hay un orden establecido:

1.- Mano derecha o izquierda, luego proseguiremos con la otra, y así con todos los demás ejercicios.

2.- Antebrazo y brazo derecho, deltoides.

3.- Espalda dona dorsal, zona lumbar.

4.- Cuello.

5.- Rostro. Ojos.

6.- Zona anterior del tronco y abdomen.

7.- Pie derecho.

8.- Pantorrilla derecha.

9.- Muslo derecho.

Es preciso proponerse disfrutar de la fase de relajación muscular, prestar atención a como la relajación se produce, y como aparece una disminución de la tensión psíquica.

Una vez finalizados los ejercicios podemos quedarnos unos momentos disfrutando de la sensación de relax que acompaña su práctica, podemos realizar unas respiraciones tranquilas mientras tomamos conciencia de nuestro estado de calma, luego abrimos y cerramos las manos con cierta intensidad, realizamos un par de respiraciones más intensas y abrimos los ojos. Dando por finalizado el ejercicio de relajación.

Entre algunos consejos para evitar el agotamiento y prevenir el síndrome tenemos:

 Desarrolla un sistema de apoyo de amigos y familiares. No te aísles!

 Ten válvulas de escape. Lee libros, inicia un proyecto o desarrolle un pasatiempo, trata que sean actividades en grupo.

 Toma descansos frecuentes. Una caminata breve durante la hora del almuerzo, invita a una(o) o más compañeras (os) de trabajo.

 Da prioridad a tus días con una lista de actividades. ¡Recuerda anotar los momentos para ti!

 Diviértete a diario. Invita a tus amigos a ver una película que te guste, juega con sus hijos o pasa tiempo con gente que te haga reír.

 Ríete de ti mismo: ¡sorpréndete aprendiendo algo nuevo!

Reflexiones sobre psicooncología

REFLEXIONES

“La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior”. Epicteto
Parece oportuno empezar esta reflexión con la frase de Epicteto, porque cuando hablamos de cáncer sabemos que hay cosas que están bajo nuestro control y que podemos hacer algo para cambiar y mejorar pero hay otras cosas que se nos escapan todavía de nuestras manos.
La mayoría de las personas nos hemos topado alguna vez con la enfermedad del cáncer, ya sea de una manera más directa, un familiar o un amigo cercano, o más lejana, un conocido. Cuando alguien te dice tal persona padece cáncer, la mayoría de nosotros o todos, lo vemos como algo horrible, como algo cercano a la muerte, un tabú todavía en nuestra sociedad. Es verdad, que hemos cambiado mucho, se ha evolucionado enormemente y hoy en día existen muchos tratamientos para el cáncer y no estamos demasiado lejos, aunque tampoco demasiado cerca, de convertir el cáncer en una enfermedad crónica.
Cuando uno se empieza a meterse en este mundo y se acerca a la planta de oncología de un hospital, pasan muchas cosas por la cabeza. Y aquí es donde empieza nuestra historia.
Hacer una reflexión sobre lo que se ha vivido durante estos meses no es una tarea fácil porque se entremezclan muchos sentimientos, de compasión, de rabia, de tristeza, de miedo, de impotencia, a la vez que otros muchos sentimientos de cariño, de comprensión, de respeto, de amor. Uno se encuentra ante personas que sufren y son personas que tienen una biografía compleja, no son solo personas enfermas, vienen con todo un bagaje que les va a ayudar a enfrentarse a su enfermedad, al miedo, al dolor y a plantearse el sentido de su propia existencia. Pero estas personas, por lo general no están solas, están acompañadas de familiares y amigos.
Por lo tanto, a la hora de tratar a estas personas hay que tener en cuenta algo fundamental: no tratamos con personas enfermas, tratamos con personas con una biografía, con una historia pasada, presente y futura, que tienen unas relaciones con otras personas y que además, tienen una enfermedad.
El decir esto es porque cuando uno entra en la habitación del hospital y ve a la persona, observa que muchas veces sus preocupaciones no son tanto la enfermedad en sí, como otros problemas que se suman. Y algunas veces las personas no tienen tanto miedo al hecho de morir como al hecho del dolor y del sufrimiento suyo y de sus seres queridos.
Pero no se puede generalizar porque cada persona es un mundo y cada persona como venimos diciendo hasta hora, vive este proceso que le ha tocado vivir según sus propias estrategias que ha ido utilizando a lo largo de su vida cuando se ha tenido que enfrentar a otros problemas.
Lo que si se puede observar es que la mayoría de las personas necesitan desahogarse, hablar, sentirse escuchados y comprendidos. Porque no se pueden desahogar con sus familiares y sus seres queridos para no hacerles sufrir más, porque saben que lo pasan muy mal. Además, muchas veces cuando las personas viven situaciones tan adversas se les imposibilita percibir y hacer uso de sus recursos.
El trabajo del psicooncólogo, por tanto, iría, en principio encaminado en esta dirección, desde la empatía, el respeto y sabiendo que está con una persona con una historia de vida, su propia historia de vida, escuchar activamente, validar y comprender su sufrimiento y el de sus seres queridos. Las técnicas del counselling, si son importantes en la vida en general, y con todos los pacientes, más aún lo son con estas personas.
Asimismo, “cuidar” y promover los recursos que los pacientes poseen, y no pueden acceder en el momento, debido al impacto causado por el diagnóstico u otros padecimientos físicos relativos a la enfermedad en sí misma y a los tratamientos, que deriva en desmolarización.
Una paciente en recidiva de un cáncer de mama puede ver su esperanza pérdida, y sus ilusiones en los tratamientos que hasta ahora se proponían como terapéuticos; y puede que incluso los médicos confirmen esta desilusión, y hablen de tratamientos sintomáticos o paliativos. Pero entre el diagnóstico y la propuesta médica ¿qué encontramos? Que el paciente habla, llora, demanda, espera …y otro, el médico y el psicólogo, que también habla, y escucha. Ese tiempo que se abre es un tiempo para comprender, que contiene en sí la posibilidad de instaurar la comunicación terapéutica, que no se agota en la mera información…ahí se abre un tiempo de escucha. Esta ha sido nuestra orientación.
Y partiendo de este punto, sin intrusismo, respetando siempre sus necesidades y su visión de la vida, con solo la intención de ayudar, acompañar, apoyar y ayudarle en su proceso, se puede empezar a trabajar. Que utilicen las estrategias que venían utilizando hasta ahora y les servían, reforzar esas técnicas y enseñar otras que les pueden ser útiles y que les pueden ayudar. Técnicas de visualización, de respiración y de relajación pueden ser muy útiles y herramientas de apoyo. Y se pueden utilizar otras muchas estrategias cognitivo-conductuales para determinados problemas, efectos secundarios de la quimioterapia, alteraciones del ánimo, ansiedad, control del dolor… problemas a lo mejor puntuales pero que le pueden ayudar en un momento determinado pero de las que pueden echar mano siempre que las necesiten con otros problemas a lo largo de su vida.
Muchas de estas personas no tienen una psicopatología como la que se puede encontrar en la clínica, pero si se pueden encontrar procesos de estrés, depresión y ansiedad fundamentalmente. Otras personas ya vendrán con una historia de psicopatología a la que se une ahora la enfermedad.
Hay que tener en cuenta que para trabajar con estas personas, el psicooncólogo debe ser ecléctico y no tener una única orientación (cognitiva-conductual, humanista, psicoanalista, sistémica, gestáltica…), sino ir adaptándose a lo que vaya necesitando la persona, ya que en un momento determinado del proceso de su enfermedad puede necesitar un tipo de ayuda y en otro momento otro. Porque, al fin y al cabo, el cáncer es un proceso muy largo donde la persona tiene que pasar por muchos momentos, unos mejores y otros peores, y las necesidades van cambiando. El cáncer es un proceso donde se van perdiendo muchas cosas, y por tanto, es un proceso también de duelo, se pierde la salud y poco a poco se pueden ir perdiendo facultades, hay actividades que realizaban antes y ya no pueden hacer, a menudo tienen que pasar por operaciones muy duras, y todo con la incertidumbre si conseguirán seguir viviendo o no. Y nos encontramos que algo fundamental es el control del dolor. Hay personas que dicen que cuando tienen dolores fuertes se desesperan e incluso desean morir, sin embargo, si tienen controlado el dolor, pueden animarse y seguir luchando. Lo primero y esencial es que la persona no tenga dolor.
Y no solo la persona enferma tiene que pasar por estas fases, también están los seres queridos, los familiares, que también tienen sus propias necesidades. Porque a veces se desviven por estar con su familiar y se olvidan de ellos, y no hay que pasar por alto que para poder cuidar hay que cuidarse primero uno mismo. Sentimientos de culpa, de impotencia, de tristeza, de miedo, son frecuentes en los familiares. A veces necesitan proteger a su ser querido para que no sufra, y pueden llegar a querer ocultarle lo que le pasa, metiéndose en un proceso de conspiración del silencio, a veces difícil de trabajar y romper.
Y cuando para algunas personas, se les acerca el final, es muy importante trabajar con ellos el proceso de la despedida de sus seres queridos, el proceso de plantearse su propia existencia y el proceso de duelo de sus familiares. Hay personas que se ponen metas muy cortas. Una persona indicaba que le gustaría llegar a conocer a su nieta, que estaba a punto de nacer. Otra persona indicaba que le habían puesto “fecha de caducidad” y quería poder pasar las navidades.
Y muchas veces nos encontramos con los problemas de duelo en los familiares, porque a lo mejor no es el único familiar que han perdido y no han resuelto bien ese duelo y ahora se enfrentan a uno nuevo.
De esta manera, los encontramos “cara a cara” con la inexorable muerte, que como fenómeno natural, universal y único, es una continuación de la vida y entra entre los temas de reflexión tanto para los pacientes como para el personal sanitario, lo que generalmente es una situación incómoda para ambos. Desde nuestra experiencia en un inicio este encuentro genera cierta ansiedad y deseos de controlar la situación, lo que de igual manera se encuentra en las verbalizaciones de los pacientes, al igual que la frustración e impotencia.
Posteriormente, con el transcurso de la enfermedad nos hemos dado cuenta que representa “un momento único” para la vida de cualquier persona, así como otros momentos de relevancia en la vida de estas personas, y el acompañamiento que podemos proporcionar con una actitud sincera, de cariño, respeto, junto con la atención espiritual y el control de síntomas, constituyen las herramientas que contamos como psicooncólogos para disminuir las angustias tanto de los familiares como de los pacientes.
Las reacciones ante la muerte son muy diferentes de una persona a otra y necesitan diferentes tipos de apoyo. Hemos visto que aceptar una pérdida puede llevar meses e incluso años. Estas respuestas van a depender de la forma en que la persona murió, sea que estuviera sola y sufriera mucho, sea que muriera en paz y rodeada de sus seres queridos. El apoyo psicológico cuando una persona se enfrenta con la muerte de un ser querido puede ayudar a esa persona a hablar sobre lo que ha sucedido, sobre la muerte y sobre los ritos que se practican inmediatamente después y que facilitan su aceptación.
Este último tema, el de la muerte es el que esta de alguna manera presente en el día a día en la planta de oncología, no solo cuando realmente sucede, sino también se presenta en los miedos, angustias tanto de los familiares, de los pacientes y del personal sanitario.
A este respecto, no queremos dejar fuera cierta reflexión realizada por Kübler - Ross en su libro “La rueda de la vida” que llamó poderosamente nuestra atención y que resume de cierta manera nuestra vivencia personal:
“Más adelante alguien me preguntaría qué me habían enseñado de la muerte todos esos moribundos. Primero pensé dar una explicación muy clínica, pero eso no iba conmigo. Mis pacientes moribundos me enseñaron mucho más que lo que es morirse. Me dieron lecciones sobre lo que podrían haber hecho, lo que deberían haber hecho y lo que no hicieron hasta que fue demasiado tarde, hasta que estaban demasiado enfermos o débiles, hasta que ya eran viudos o viudas. Contemplaban su vida pasada y me enseñaban las cosas que tenían sentido, no sobre cómo morir,
sino sobre cómo vivir.”
(Kübler-Ross, E., 1997. La rueda de la vida, p. 201).

jueves, 16 de mayo de 2013

LA HIGIENE DEL SUEÑO


  La higiene del sueño se rige bajo el concepto de la limpieza del entorno en donde se desarrolla nuestro descanso y la forma en que ese lugar puede ser -aunque no lo notemos- responsable de que dormir sea un placer, o de gran parte de nuestros problemas para dormir (insomnio) y sus derivados.
  El insomnio produce además problemas en tus reflejos, problemas de memoria a corto plazo, falta de concentración durante el día y mal genio. Asimismo, se relaciona con el funcionamiento de nuestro reloj biológico, con el funcionamiento del sistema inmunológico, cardiovascular y neurológico.

  Entre algunos consejos para evitar el desarrollo o controlar el insomnio tenemos:
Elige -y mantén- un horario específico para irte a dormir. Tu cuerpo se acostumbrará.
Satisface todas tus necesidades antes de acostarte (ve al baño, evita la sed y el hambre).
Evitar utilizar la cama para otras actividades como comer, trabajar, etc; trata de utilizarla solo para dormir.
Procura conseguir aislarte de los ruidos, aunque en apariencia no te molesten.
Evita ver noticias en la noche, situación que puede alterar tu ritmo de sueño.
Práctica ejercicios de relajación y respiración, como manera de preparación.
Deja tus problemas personales y laborales fuera de tu habitación. Ese es tu santuario, nada puede importunarte.
Duerme con ropa cómoda y adecuada al clima.
Evitar las siestas durante el día, o reducirlas a menos de 30 minutos.
Duerme lo que tu cuerpo necesite. Las famosas “8 horas” son solamente un mito.
No realices ejercicio unas horas antes de irte a dormir, ya que esto te mantendrá activo, procura que existan aproximadamente entre 4 ó 5 horas de separación entre el ejercicio y el sueño.
No consumas café, ni consumas bebidas alcohólicas, ni fumes las horas previas al sueño.
Si pasados diez minutos desde que se metió en la cama con la intención de dormir, no ha logrado conciliar el sueño, levántese y vaya a otra habitación y realice una actividad relajante como leer o escuchar música. Regrese a la habitación sólo cuando note que vuelve a tener sueño.
 
La calidad de nuestras horas de sueño repercute en nuestra calidad de vida