domingo, 14 de julio de 2013

HERRAMIENTAS DE AUTOCUIDADO PARA PERSONAL DE ENFERMERÍA

Es necesario establecer estrategias de auto-cuidado, ya que en nuestro rol como “cuidadores” podemos “quemarnos”.

Los cuidadores son “aquellas persona que asisten o cuidan a otra afectada de cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad que le dificulta o impide el desarrollo normal de sus actividades vitales cotidianas o de sus relaciones sociales”.

Existen dos tipos de cuidadores, veamos:

Los cuidadores informales: Son las personas que no pertenecen a ninguna institución sanitaria ni social y que cuidan a personas. No poseen capacitación, no son remunerados. Afecto y atención sin límites. Familiares, amigos, voluntarios...

Los cuidadores formales: Son profesionales que prestan servicios de asistencia de larga duración como empleados de un organismo público o privado, ya sea en instituciones medicalizadas o a domicilio. Poseen capacitación “teórico-práctica” y son remunerados. Enfermeras, auxiliares de enfermería, terapeutas ocupacionales, médicos, psicólogos…

Como podemos observar nosotros pertenecemos a este último grupo, en el cual es posible que por diversas variables presentemos el llamado síndrome de burnout.

Este síndrome es definido como la “respuesta al estrés laboral crónico, integrada por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado.”

Esta respuesta al estrés crónico se encuentra conformada por diferentes aspectos:

1.- Despersonalización desadaptativa: Falta de sensibilidad y dureza, actitud crítica y sarcástica, uso de etiquetas despectivas, hacer sentir culpable a los demás, ideación de perjuicio.

2.- Baja realización personal en el trabajo: Disminución de la autoestima, sentimiento de incompetencia profesional, falta de satisfacción laboral, conflictos entre compañeros y superiores, evitación del contacto interpersonal.

3.- Agotamiento Emocional y Físico: Agotamiento emocional, no poder dar más de sí mismo, irritabilidad, ansiedad.





Como mencionamos anteriormente existen múltiples variables que generan la aparición del síndrome entre las cuales podemos mencionar:

1.- Estresores laborales: Discrepancia entre las demandas y los recursos que disponemos para realizar nuestro trabajo.

2.- El estrés percibido: Referido a aquello en el medio que percibimos en el medio como una amenaza, pérdida, un daño o un reto.

3.- Nuestros atributos personales: Que se refiere a nuestras estrategias de afrontamiento al estrés.

4.- La respuesta al estrés: Entre las cuales se encuentra el síndrome de burnout.

Estas variables y la presencia, como consecuencia del síndrome de burnout, tienen consecuencias tanto a nivel individual como organizacional.

Como personal de enfermería, algunas características de nuestro trabajo hacen que seamos más proclives a presentar el síndrome, entre algunas de ellas podemos mencionar:

 Estar en contacto directo con el sufrimiento, dolor y muerte.

 Duras condiciones de organización del trabajo: turnos horarios o nocturnos.

 Falta de autonomía.

 Escasa remuneración económica.

 Desempeño de roles ambiguos.

 Tratar con familiares negadores.

 Se establecen lazos afectivo-emocionales con los pacientes.

Como estrategias de auto-cuidado, proponemos el aprendizaje de técnica de respiración abdominal, relajación y visualización.

Jacobson proponía un sistema muy efectivo, en esencia podemos resumir que su método se basaba en:

1.- Concentración de la atención en un grupo muscular.

2.- Tensión de ese grupo muscular, sin dolor, y mantener la tensión entre 20 y 30 segundos.

3.- Relajación de la musculatura, prestando atención a la sensación que se produce.

Grupos musculares en los que se puede utilizar el método de Jacobson, pues prácticamente todos, aunque hay un orden establecido:

1.- Mano derecha o izquierda, luego proseguiremos con la otra, y así con todos los demás ejercicios.

2.- Antebrazo y brazo derecho, deltoides.

3.- Espalda dona dorsal, zona lumbar.

4.- Cuello.

5.- Rostro. Ojos.

6.- Zona anterior del tronco y abdomen.

7.- Pie derecho.

8.- Pantorrilla derecha.

9.- Muslo derecho.

Es preciso proponerse disfrutar de la fase de relajación muscular, prestar atención a como la relajación se produce, y como aparece una disminución de la tensión psíquica.

Una vez finalizados los ejercicios podemos quedarnos unos momentos disfrutando de la sensación de relax que acompaña su práctica, podemos realizar unas respiraciones tranquilas mientras tomamos conciencia de nuestro estado de calma, luego abrimos y cerramos las manos con cierta intensidad, realizamos un par de respiraciones más intensas y abrimos los ojos. Dando por finalizado el ejercicio de relajación.

Entre algunos consejos para evitar el agotamiento y prevenir el síndrome tenemos:

 Desarrolla un sistema de apoyo de amigos y familiares. No te aísles!

 Ten válvulas de escape. Lee libros, inicia un proyecto o desarrolle un pasatiempo, trata que sean actividades en grupo.

 Toma descansos frecuentes. Una caminata breve durante la hora del almuerzo, invita a una(o) o más compañeras (os) de trabajo.

 Da prioridad a tus días con una lista de actividades. ¡Recuerda anotar los momentos para ti!

 Diviértete a diario. Invita a tus amigos a ver una película que te guste, juega con sus hijos o pasa tiempo con gente que te haga reír.

 Ríete de ti mismo: ¡sorpréndete aprendiendo algo nuevo!

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