PSICOONCOLOGIA, TERAPIA DEL ALMA
Artículo publicado en http://calidaddevida.com.ve

La psicooncología es un campo interdisciplinar de la psicología y las
ciencias biomédicas cuyo objetivo es la prevención, diagnóstico,
evaluación, tratamiento, rehabilitación, cuidados paliativos y etiología
del cáncer. También se ocupa de las mejoras en las habilidades de
comunicación y de la interacción entre los profesionales de la salud,
así como de la optimización de los recursos para promover servicios
oncológicos eficaces y de calidad (1).
De esta manera la psicooncología es una disciplina que se ocupa de
mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos, sus familiares y
cuidadores, atendiendo tanto sus respuestas psicológicas, aspectos
sociales y conductuales a lo largo de todo el proceso de enfermedad.
El diagnóstico e incertidumbre que conlleva la enfermedad oncológica
trae consigo una serie de reacciones emocionales asociadas al duelo por
pérdida de la salud. Por lo que el cáncer al inmiscuirse en nuestras
vidas, hace tambalear todos nuestros pilares como lo son la identidad,
el círculo familiar y de amigos, trabajo
y/o escuela y nuestras creencias religiosas y vida espiritual.
Frecuentemente la primera reacción del paciente y de los familiares
puede ser de dolor, ira, tristeza… e incluso negación de estas
emociones. Durante el proceso de adaptación a esta nueva realidad
podemos encontrar diferentes etapas, entre las cuales podemos mencionar:
La persona puede encontrarse bloqueada o perdida, con dificultades para
asimilar el diagnóstico, ello también se traduce en frecuentes momentos
de confusión e hipersensibilidad.
Asimismo, aparece la incredulidad o negación, que son sentimientos
relacionados con la búsqueda de un porque, dicha respuesta puede
dirigirse hacia sí mismos o hacia alguna persona.
El miedo es una respuesta ante lo desconocido y muchas veces paraliza,
por lo que en lugar de que el paciente actúe en su propio beneficio,
existe un incremento de la ansiedad.
Es posible que aparezca temor al rechazo, que es uno de los miedos más
frecuentes y está relacionado con sentirse una carga o ser dependientes,
esto último dificulta la comunicación y la expresión emocional e
incrementa la tendencia al aislamiento.
Debemos recordar como señala Eric Cassell, en uno de los artículos más relevantes con respecto a la ética en el trabajo
como profesionales de la salud que “los que sufren no son los cuerpos
si no las personas” (2), por lo que la atención a los factores
emocionales es fundamental y resulta en una dinámica de colaboración
exitosa entre el paciente y los profesionales de la salud.
Bien decía Gregorio Marañón, famoso médico español, que el mejor
instrumento del médico es la silla, y en el caso de la enfermedad
oncológica el énfasis en esta frase debe materializarse aún más, ante la
presencia de vulnerabilidad e invalidez.
El sufrimiento que está asociado a la amenaza de pérdida y no solo al
malestar físico, sino también espiritual tiene que ser atendido. De esta
manera tenemos que “el sufrimiento es una respuesta negativa inducida
por el dolor pero también por el miedo, la ansiedad, el estrés, la
pérdida de personas u objetos queridos y otros estados psicológicos”
(3).
Existen necesidades psicosociales y espirituales que deben ser tomadas
en cuenta durante todo el transcurso de la enfermedad. En primer lugar,
existe la necesidad de una comunicación clara, veraz, tranquilizadora y
personalizada. Asimismo, esta debe proveer sensación de control tanto
para los familiares como al paciente, quien es el pilar fundamental
durante el tratamiento.
La necesidad de mantener la esperanza es esencial, incluso para la
adherencia al tratamiento, la cual durante todo el proceso va
adquiriendo un nuevo sentido. En un inicio la esperanza se fija en la
curación, pero cuando ya no hay cura, la esperanza es que la enfermedad
avance lentamente. Cuando avanza, es minimizar el sufrimiento y si
continua, la esperanza es morir en paz (4).
También observamos otras necesidades como la de ser reconocido como
persona, de releer la vida y encontrarle un significado al momento
actual. En este último caso, el paciente se pregunta acerca del sentido
de la enfermedad en su vida y ante lo cual es importante mantener una
actitud de acogida y empatía, comprendiendo la biografía de ese ser
humano que tenemos delante de nosotros.
La única manera de satisfacer estas necesidades psicosociales y
espirituales es a través del contacto humano, por lo que la intervención
multidisciplinaria es fundamental. Así como prepararnos nosotros mismo,
como profesionales de la salud para manejar nuestros duelos y poder
estar allí de manera efectiva para el otro.
Bibliografía:
(1) Cruzado, J.A. Tratamiento psicológico en pacientes con cancer. 1era ed. Madrid: Síntesis; 2010
(2) Cassell, E. J. (1982) The nature of suffering and the goals of
medicine, The New England Journal of Medicine, 306, pp. 639-645.
(3) Loeser J.D, Melzack R. Pain: An overview. Lancet 1999; 35: 1607-09.
(4) Ferrado M, Celis B. Saber la verdad, ayuda a morir. El País, 19 de junio de 2008; 34-5.
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