martes, 10 de mayo de 2011

La Ansiedad

Artículo Publicado en la Revista: Bitácora Médica. 
Llamamos ansiedad normal a un conjunto de emociones y manifestaciones físicas, que se producen de forma automática y sin control voluntario, cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas, o de exigencia. La “ansiedad normal” nos ayuda a adaptarnos a estas situaciones de manera tal que podamos obtener la respuesta más adecuada para las mismas. En este sentido, es beneficiosa, ya que nos permite alcanzar mejor los objetivos que nos planteamos en la vida.
De esta manera, esta respuesta al estrés en sí misma no es nociva, pero sin embargo, cuando los síntomas ansiosos se vuelven excesivos y difíciles de controlar, pueden llegar al punto de interferir seriamente en nuestras actividades diarias (trabajo, vida social, de pareja, etc.). En este caso estamos en presencia de un cuadro de “ansiedad patológica”, que suele necesitar tratamiento médico y psicológico para su resolución.

En la ansiedad encontramos síntomas a cuatro niveles:
1.- Cognitivo: miedo, irritabilidad, agobio, insomnio, etc…
2.- Motor: temblor, tensión muscular, etc…
3.- Vegetativo: palpitaciones, sudoración, nauseas, etc.
4.- Conductual: evitación de determinadas situaciones o soportar la situación sin hacer nada.

Al hablar de ansiedad, no solo debemos tomar en cuenta el estímulo que la genera, sino también otras variables personales, con respecto a la emisión de respuestas inadecuadas ante la situación de demanda, por:
1. Bien porque no se posee de un repertorio de estrategias,
2. Bien porque estas estrategias son inhibidas por las emociones,
3.  Bien porque existen obstáculos en la emisión de estas conductas,
4.  Bien porque aún disponiendo de las estrategias, no las ponemos en marcha en el momento adecuado.

De esta manera, presentamos un cuadro resumen con la finalidad de diferenciar los tipos de ansiedad:


Ansiedad Normal Ansiedad Patológica
Características generales Episodios poco frecuentes.  Intensidad leve o media.
Duración limitada.
Episodios repetidos.  Intensidad alta.
Duración prolongada.
Situación o estímulo causante Reacción esperable y común a la de otras personas.   Reacción desproporcionada.
Grado de sufrimiento Limitado  y transitorio Alto y duradero
Grado de interferencia en la vida cotidiana. Ausente o ligero Profundo.

Es importante entender la ansiedad como un sentimiento normal ante deter­minadas situaciones y que solo cuando sobrepasa ciertos límites o la capaci­dad adaptativa del individuo es cuando se convierte en patológica.

La situación de enfermedad, las hospitalizaciones, las intervenciones quirúrgicas; así como determinados problemas de la vida diaria, generan en la persona un estado  de ansiedad.

La ansiedad con respecto a condiciones médicas, puede influir en los siguientes aspectos:
1. Interfiriendo en el curso de la enfermedad (en su curso, desarrollo, agravamiento o en la recuperación),
2. Interfiriendo en el tratamiento médico,
3. Incrementando respuestas que afectan negativamente el estado de salud (fumar, consumir alcohol, disminuir práctica de ejercicio),
4.  Siendo un factor de riesgo adicional para la salud (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares).

De forma general, las técnicas y recursos psicológicos que se expondrán tiene como finalidad, proveer recursos para hacer frente a las situaciones que nos generan ansiedad, entrenando en habilidades que nos permitan manejarla adecuadamente.
Entre las técnicas para manejar la ansiedad tenemos:
1.- Relajación muscular progresiva.
2.- Respiración abdominal lenta.
3.- Terapia por visualización.
Dra. Liana Pérez