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Pelucas cabello para sanar
Naturales o sintéticas, este artificio de belleza se convierte en un instrumento para superar el cáncer. Descubra cómo pueden ayudar desde el principio del proceso.
por YSABEL VELÁSQUEZ | imagen: WWW.SHUTTERSTOCK.COM | SÁBADO 2 DE OCTUBRE DE 2010
La pérdida del cabello es una de las consecuencias que más impacta en las pacientes de cáncer. Mirarse al espejo calva afecta la imagen, ya que una melena abundante es sinónimo de buena salud. Entrevistamos a Ivo Contreras, estilista experto en la confección de piezas para estos casos, y a Liana Pérez Rodríguez, psicóloga magíster en psico-oncología de la Universidad Complutense de Madrid y asesora de la Fundación Bascopé van Grieken, con la finalidad de descubrir cómo las pelucas se convierten en una poderosa herramienta terapéutica para la recuperación del equilibrio saludable.Sin cambios drásticos No alejarse del estilo personal es el objetivo principal de las pelucas usadas en las pacientes oncológicas. "La idea es ver a la mujer antes de la primera sesión de quimioterapia, antes que comience la caída, para evaluar la textura de su cabello y ver cómo lo lleva; esto para que la pieza a elegir sea lo más parecida", explica Ivo Contreras, quien agrega: "Yo le sugiero a toda paciente de cáncer que se haga un corte bonito, para que la familia y los amigos se acostumbren a verla con cabello corto tiempo antes de comenzar la quimio, así la peluca será también corta, tendrá menos calor y en cuanto su cabello comience a crecer, podrá dejar de usarla".
Liana Pérez Rodríguez recomienda que este proceso sea gradual: "Evitar comprar una peluca a última hora cuando ya se está calva porque no lucirá natural; en lugar de eso ir a las tiendas de pelucas antes del tratamiento, buscar la más parecida o mandarla a hacer antes de que se caiga todo el cabello, usarla para salir a la calle antes de perderlo por completo para irse acostumbrando". Y agrega: "La información acerca de dónde adquirirlas o conseguirlas a través de donaciones; debería estar disponible en todos los hospitales con servicio de Oncología".
A la medida
El cabello natural se puede teñir, alisar, rizar para acercarlo a la forma y textura propias de cualquier persona; por ello el estilista sugiere su uso sobre el cabello artificial. "La confección de una peluca a la medida se lleva dos semanas, y en el proceso se mide la cabeza y se realizan dos pruebas para que la clienta esté conforme", señala Contreras.
"Las pelucas naturales se hacen de cabello que compramos a las chicas que van a los liceos militares o se lo cortan por promesas religiosas; son hechas a la medida y tejidas en la parte frontal a mano, con un tul transparente que deja respirar el cuero cabelludo y luce muy natural", explica el estilista, quien apunta "Se pueden hacer hasta peinados de moño para fiestas y quedan estupendos".
Más económicas
En el mercado existen pelucas prefabricadas, de fibras sintéticas, como el canecalón o la proteína avanzada, que son una alternativa de costo menor. Incluso algunas de ellas están diseñadas con una base antialérgica y transpirable que no produce calor ni rozaduras, especial para personas calvas; pero son difíciles de conseguir porque su manufactura es importada. Estas piezas de cabello no se pueden teñir ni alisar con planchas eléctricas, pero sí lavar y secar a baja temperatura. Los peluqueros pueden cortarlas al estilo de la paciente.
Cuerpo y mente
El tratamiento del cáncer genera cambios físicos, emocionales y sociales. "Perder el cabello es un estresor adicional, es un estigma y un recordatorio perenne de que se está enferma, lo que puede retraer a la paciente impidiéndole realizar sus actividades cotidianas.
Por ello el uso de pelucas pone el control del aspecto físico en nuestras manos", apunta Pérez Rodríguez y agrega que, pese a que prácticamente la totalidad de las pacientes oncológicas de Venezuela recurren a este artilugio, no todas necesitan el apoyo de una peluca: "Depende de factores como la autopercepción, la personalidad y la importancia que le dé a la autoimagen. Así, algunas mujeres solo acuden al pañuelo o el sombrero, mientras que para otras la peluca se convierte en una herramienta muy necesaria, porque además de reforzar su autoestima, evita depresiones y hasta problemas sexuales con su pareja que sumarían más angustia al cuadro de vulnerabilidad emocional de la enfermedad", explica la psico-oncológa.
Dejar la peluca
Entre tres y cuatro meses después de terminar las sesiones de quimio y radioterapias, el cabello vuelve a crecer, "Pero sus hebras son tan delgadas que los estilistas recomendamos raparlo una o dos veces para que crezca más grueso y fuerte", precisa Contreras.
En cuanto al momento para dejar de usar la peluca, Liana Pérez privilegia el criterio personal: "Se trata de una decisión individual de la paciente, quien debe evaluar cuándo comienza a sentirse reestablecida y cómoda con su imagen. Cuando se vea a sí misma recuperada y sana podrá dejar de usarla", afirma.
Banco de PelucasSenosalud cuenta, desde 2005, con el servicio de préstamo de pelucas para las pacientes afectadas de cáncer de mama. "Recibimos donaciones de cabello y de pelucas ya confeccionadas para prestarlas a todas aquellas mujeres que lo necesiten", precisa Gladys Antías, y explica que a las pacientes se les hace la cesión durante 6 meses a cambio de una módica colaboración de Bs 100, que es usada para sufragar los gastos de mantenimiento de las piezas de cabello en el banco.
ysabelvd@yahoo.com
